Acuamanala fue una villa prehispánica que se desarrolla a lo largo de 800-350 a.c. La villa de Acuamanala debió ser un asentamiento planificado que observó ejes de orientación en su trazo, debió tener un sistema de control para las entradas y salidas de la población. Contó con plazas rectangulares donde se concentraron las pirámides. Estas, como ya se señaló debieron bordear la plaza principal. También debió contar con plataformas bajas donde se ubicaron las residencias de las gentes importantes.
Los agricultores de Acuamanala construyeron terrazas para sus cultivos entre 60 y 120 metros de largo y con una anchura que variaba entre 8 y 10 metros. Los peraltes y alturas de las terrazas fueron recubiertas de piedra o tepetate recortado, alcanzando una altura de entre 1 y 1.50 metros. Para retardar la erosión, los campesinos de Acuamanala construyeron en las terrazas canales para drenar el exceso de lluvia, además de canales para riego que conducían el agua de los arroyos permanentes, o bien de represas o depósitos (jagüeyes) construidos para captar agua de lluvia. Las represas o depósitos de agua de lluvia son un gran salto adelante, en la medida en que permiten en algunos lugares obtener dos cosechas anuales. Ya casi al final de la fase Texoloc, los ingenieros hidráulicos de Acuamanala logran aprovechar los campos inundados o de un nivel freático muy elevado, donde se realizan los cultivos de humedad. Los campesinos de Acuamanala y de otras poblaciones Texoloc, ya no tratan sólo de adoptar o controlar el medio, sino que lo modifican con sus adelantos y conocimientos.
Es muy probable que estos adelantos obedecieran a la necesidad de satisfacer el abasto alimenticio de una población en constante crecimiento. Sin embargo, las causas de tales adelantos debemos encontrarlas en la fuerte organización social que permite realizar obras de gran envergadura, y a que la sociedad ha logrado acumular conocimientos precisos de su hábitat. Fue la centralización del poder y la fuerte organización socio-política la que llevó a los campesinos de Acuamanala a usar y aprovechar las grandes áreas ricas en sedimentos e inundadas en ciertas ocasiones o permanentemente.
La dieta alimenticia de la población en esos momentos, dependía en un 70 por ciento de los cultivos bajo los sistemas de irrigación y de temporal, y en menor proporción de la caza, la pesca, la recolección y, en cierta proporción, de los intercambios que se efectúan fuera de la comunidad.
Acuamanala no fue la excepción de las poblaciones pertenecientes a la cultura Texoloc, por lo que se refiere a la actividad lítica. La producción de metates, muelas ápodas semicerradas, de forma circular y ovaladas; algunas tetrápodas o trípodas, abiertas, también de forma circular; morteros, hachas, y adornos de piedra pulida. También confeccionaron cuchillos, puntas de proyectil, navajas, raspadores y tajadores de acabado fino. La lapidaria o la lítica alcanzó mayores alturas al introducirse los artesanos a un arte mayor: la escultura. La importancia que alcanza la religión en la vida social de las comunidades Texoloc, se manifiesta en la talla de piedras con la imagen de Tláloc, Xólotl y Huehueteotl.
Es muy probable que la villa de Acuamanala durante la fase Texcalac 600-1100 d.c., haya formado parte del señorío de Comalteapa que se localiza en terrenos del actual municipio de Magdalena Tlalteulco, un poco al norte de la población actual de San Luis Teolocholco.
Es relativamente poca la información disponible en la participación de Acuamanala ante la invasión europea en 1519. Sin embargo, es muy probable que guerreros de esta población hayan participado en los enfrentamientos de los ejércitos tlaxcaltecas al mando de Xicohténcatl Axayacatzin y el español al mando de Hernán Cortés, en la primera incursión a Tenochtitlán que culminó adversamente para el capitán español en la ya celebre noche triste, y que posteriormente haya participado en la toma de Tenochtitlán.
La Colonia: Una vez concluida la conquista, Acuamanala quedó integrada a la Provincia de Tlaxcala, una república de indios gobernada por un Cabildo desde su ciudad capital, lo que le dio derecho a formar parte del cuerpo de electores compuesto por 220 personas, que en su mayoría pertenecían a la nobleza indígena, representando a igual número de pueblos, que ante sus funciones iniciales se encontraba la de seleccionar a los candidatos a ocupar algunos cargos temporalmente así como al gobernador indios, cargo que posteriormente se hizo de carácter rotativo entre los cuatro principales señoríos.
Es probable que Acuamanala haya sido un mayorazgo que en la parte final de la época prehispánica forman parte del señorío de Tepeyanco. Cuando esta población se convierte en cabecera de doctrina. Así, Acuamanala queda inscrito como iglesia de visita, dando comienzo al proceso de evangelización emprendido por los frailes franciscanos, quienes se dieron a la tarea de combatir las viejas creencias indígenas a las que consideraban idolatrías, práctica que era castigada severamente.
Acuamanala debió iniciar la construcción de una capilla a mediados del siglo XVI, dedicada a la advocación de San Antonio de Padua, que en el transcurso de los años fue transformándose hasta adquirir la fisonomía contemporánea. posteriormente se inició la construcción de la capilla dedicada al culto del señor Santiago. En la población de Chimalpa los fieles construyeron otra capilla dedicada a la Concepción, que destaca por su sencillez.
Acuamanala no solamente llamó la atención de los religiosos empeñados en la conversión de los indígenas, sino la de los propios estancieros españoles, quienes fundaron en su fértil valle la hacienda de Espíritu Santo, propiedad de don Francisco Luna, quien la tenía arrendada, a don Pantaleón Carreto. La hacienda tenía una extensión aproximada de veinte caballerías de tierra laboría y de monte. Estas últimas se mantenían eriales y sin ganado alguno. La propiedad estaba valuada en ocho mil pesos hacia 1712.
La hacienda contaba con un casco de regulares dimensiones dando ocupación a un buen número de peones acasillados en las calpanerías, quienes vivían de manera temporal o estacional. Daba empleo a los habitantes de Acuamanala durante la época de siembra y de cosecha, además de solicitar los buenos oficios de los carpinteros, herreros y demás trabajadores que vivían de manera permanente en Acuamanala o en las poblaciones aledañas.
Con la Constitución de Cádiz, la división política por partidos fue sustituida por la erección del municipio libre, que ya tenía una larga tradición en la vida política española. Acuamanala pasó a formar parte del municipio de Teolocholco.
La Independencia: Acuamanala observó durante un largo periodo la lucha entre federalistas y centralistas. Asistió a la incorporación de Tlaxcala como departamento del estado de México y nuevamente como Territorio de la federación.
La población de Acuamanala se incorporo a la guardia nacional, asistiendo a los diferentes combates que mantuvieron patriotas como Santiago Xicohténcatl en defensa de la soberanía nacional y en contra de la intervención norteamericana de 1847, dando ejemplo de patriotismo.
Acuamanala, como pueblo del municipio de Teolocholco protestó enérgicamente por la iniciativa de la legislatura de Puebla que había presentado al Congreso General para agregación del Territorio de Tlaxcala al estado de Puebla.
La Reforma: Las inconsecuencias del presidente Ignacio Comonfort y la presión de la clerecía y demás grupos reaccionarios contra la constitución de 1857, dieron origen a la Guerra de Reforma o de los Tres Años. A ésta siguió la Guerra de Intervención Francesa. Acciones bélicas que en su conjunto agotaron a la nación. Acuamanala prestó el concurso de sus hijos en las filas liberales y en defensa de la soberanía, sosteniendo el gobierno de Benito Juárez.
El Porfiriato: Vecinos de los diferentes poblados del municipio de Teolocholco, entre ellos el de Acuamanala, solicitaron al gobierno del estado el desconocimiento de la elección de autoridades municipales que se acababan de efectuar por considerarlas fraudulentas, mientras que otro grupo las consideraba como sólidas. Este último grupo estaba vinculado al gobernador y al Congreso local.
La Revolución Mexicana: Durante la administración del general Adolfo Bonilla las localidades de Ayometitla, Chimalpa, Quilehtla y el rancho del Espíritu Santo fueron segregados del municipio de Teolocholco, para formar el municipio de Miguel Hidalgo con cabecera en Acuamanala.
Epoca Contemporánea: Acuamanala hasta ahora se ha preocupado por preservar el paisaje cotidiano dedicando sus energías a la producción agropecuaria de alto rendimiento, siguiendo la vieja vocación de las poblaciones enclavadas en las faldas de La Malintzi. Algunos de sus ciudadanos, gente laboriosa y de bien, trabaja en los centros industriales más cercanos, contribuyendo con su esfuerzo al desarrollo de Tlaxcala, otras más se dedican a las actividades comerciales, pero en general Acuamanala está conformada por personas laboriosas que buscan tener acceso a mejores condiciones de vida.